Buckingham Palace es la residencia oficial del soberano británico desde la época victoriana.
Desde Trafalgar Square hasta Buckingham está el bulevar Mall, una notable arteria londinense que fue un paseo de aristócratas y personajes adinerados en los tiempos de la restauración de la ciudad, periodo posterior al gran incendio del año 1660, que hoy no conserva tal elegancia.
El Palacio de Buckingham fue en sus orígenes la residencia de un noble, el duque de Buckingham allá por el s.XVIII, que posteriormente fue vendido al rey Jorge III.

A partir de entonces, han sido varias las remodelaciones y ampliaciones que ha vivido el palacio, en parte perdiendo con estas su encanto original.
Como no podemos acceder a su interior generalmente (solo se puede en algunas semanas del verano), ya que viven en el mismo los reyes británicos, hay que conformarse con ver su hermosa fachada principal, así como disfrutar del famoso cambio de guardia.

Como curiosidad hay que citar que Buckingham Palace, está próximo al palacio de St. James, el cual fue la última residencia de Carlos I, además de una vieja leprosería.