Se puede recorrer la Selva Negra de varias formas y desde diferentes puntos, nosotros te contamos como lo hicimos nosotros, empezando con una etapa al norte en Baden-Baden, donde comenzó nuestro viaje.
Comenzamos este viaje en la burguesa y elitista ciudad de Baden-Baden, un balneario digno de ser visitado, para luego dirigirnos hacia otro destino de interés como es Freudenstadt, para lo cual recorremos un camino de cien kilómetros llenos de verde, montes y media montaña repleta de belleza y llamativas curvas, que nos van dando pinceladas de lo bonito que es la Selva Negra.
Baden-Baden es una ciudad de Alemania de tamaño medio, de aire neorenacentista y localizada en el hermoso valle del Oos, donde resaltan unos suntuosos y caros establecimientos turísticos que convierten este lugar en un ejemplo de urbe centro-europea de turismo elitista, que no quita que la podamos disfrutar y visitar de manera económica, sin hospedarnos en ella.
Además, es un placer visitar su bello entorno que unido a su buen clima estival lo convirtieron en un destino deseado por la clase alta alemana, desde la era romana. De hecho, se cuenta que el emperador romano Caracalla frecuentaba este paraíso, dando nombre en su memoria a unas de las termas que allí encontramos.
No en vano es una reconocida zona de balnearios, termas, y spas para cuidarse y relajarse del estrés diario y cotidiano, del reumatismo, de las sobrecargas, o de los problemas circulatorios, entre otras problemáticas o enfermedades, que algunos afortunados de todo el mundo que se lo pueden permitir van hasta esta zona a curarse en esta ciudad de lujo.
En el siglo XIX, la burguesía europea comenzó a ver éste como su lugar de descanso favorito, lo que originó la creación de grandes balnearios, un teatro, un casino e incluso un hipódromo y grandes restaurantes, entre otros servicios de lujo.
Además alberga varios templos de distintas religiones, como una pequeña iglesia rusa de llamativas cúpulas doradas y otros templos…
Otros puntos que podemos visitar en Baden-Baden son la Lichtentaler Allee, un paseo ajardinado de estilo inglés junto al río Oos, que bien merece la pena caminar como lo hicieron antes emperadores, generales, artistas y la burguesía europea durante muchos años.
También están el Kurhaus con su casino, o la Trinkhalle y su bonita galería, o el Castillo y la próxima Stiftskirche, de estilo gótico tardío.