Esta etapa de más de 100 kilómetros, que transcurre por bonitas carreteras de interior, es un trayecto en el que fuimos desde Freudenstadt hasta la hermosa localidad de Hornberg.
Si no disponemos de mucho tiempo podemos alargarla hasta la ciudad de Friburgo, recorriendo así más distancia en un día, o bien ir hasta Hornberg primero.
Nos adentramos en la zona de Selva Negra central, y lo primero que nos damos cuenta es que vamos a ir adentrándonos por distintos bosques y veremos algunas cascadas, cerca de los caminos.
Salimos desde Freudenstadt, una ciudad pequeñita y ciertamente moderna, que se encuentra reconstruida en base a una estructura cuadriculada, con una bonita plaza en su centro llamada Markplatz, donde podemos tomar algo.
Nos dirigimos al sur cruzando Alpirsbach, lugar que fue muy próspero por estar unido a su hermosa abadía benedictina del siglo XI, que representa uno de los monumentos más antiguos del románico en la Selva negra.
Destaca sobremanera en la distancia su vieja iglesia románica, que está levantada al lado de algunos edificios antiguos del conjunto religioso, donde también podemos ver varios elementos góticos.
Llegamos a Schiltach ubicada en la confluencia de los ríos Schiltach y Kinzig, y rodeada de hermosos bosques de coníferas, está es una coqueta población de llamativas viviendas con adornos de madera.
Cuenta con una espléndida plaza llamada del mercado, donde vemos su ayuntamiento y fantásticas casas, las más antiguas datan del XVI, todo ello ubicado en un área triangular.
En esta urbe podemos ver un pequeño museo de la farmacia, así como otro sobre la madera y los curtidores, dos labores tradicionales de esta zona alemana.
Desde aquí giramos al oeste para ir hasta la localidad de Wolfach, donde destaca el antiguo castillo de esta ciudad, de pasado minero y maderero, que tiene museos del cristal, llamado Dorotheenhütte, y otros que tratan de la Mina y de los Minerales, materiales que les dieron trabajo y prosperidad en el pasado.
Seguimos en dirección hacia el oeste hasta llegar al cercano lugar de Haslach, que nos recibe con sus hermosas y antiguas casas, además de ser un bonito y cuidado pueblo con muchas flores, y que se halla a la vera del río Kinzig.
También hay aquí un museo, en este caso dedicado a los vestidos típicos de esta zona de la Selva Negra, que nos muestra además como era el antiguo convento capuchino que lo alberga.
Luego nos dirigimos hacia el este con destino a Gutach, donde podremos ver el recomendable Museo de la Selva Negra, en la localidad de Vogtsbauernhof.
También veremos por estos alrededores algunas granjas, en las que podemos parar y ver e imaginar como era la vida de aquellos granjeros alemanes, y fijarnos en sus viviendas tradicionales.
Después llegaremos a Hornberg, una bonita urbe situada en el valle del Gutach, donde nos dirigimos a la cima de su castillo que nos ofrece unas panorámicas espectaculares.
Es interesante también visitar el trayecto del ferrocarril de la Selva Negra, con su famoso y llamativo viaducto.