En Ámsterdam y el resto de Holanda se celebra todos los años el día de la Reina, una fiesta nacional todos los 30 de Abril.
El día de la Reina en Amsterdam
Este día se convierte la ciudad en una celebración multitudinaria, que se celebra en plena calle, en los canales, y que congrega muchísima gente. Esta fiesta se lleva a cabo para conmemorar el cumpleaños de la Reina Juliana.
En cada esquina de la ciudad se amontona gran cantidad de personas, que celebran masivamente esta tradición monárquica, y en cierta manera este día de exaltación patriótica, que se ha convertido con el paso del tiempo en la mayor celebración popular de Holanda.
El día de la Reina o Koninginnedag se viene celebrando desde el año 1949, y desde los años 80 se lleva a cabo tal y como se conoce en la actualidad.
Hoy se junta tanta gente que se puede hacer realmente difícil andar por la calle, o pedir alguna bebida en las barras que se montan en esquinas. Es un día para comer, beber y sobre todo pasarlo muy bien, aunque hay que tener cuidado con las aglomeraciones, los cristales rotos, y los problemas que se suelen dar en toda celebración masiva.
Una característica del día de la Reina es que toda la ciudad, habitantes y turistas incluidos toman el color naranja, en honor a la Casa de Orange. Se escucha música por toda la ciudad, conciertos en directo, Djs pinchando música electrónica, y cerveza, mucha cerveza que ameniza el largo día de fiesta.
Un curioso dato de interés, es que este día se celebra al mismo tiempo un mercado de las pulgas, y en muchos rincones de la ciudad y en los parques se venden todo tipo de artículos, como ropa usada, galletas caseras, viejos juguetes, o antiguos objetos, normalmente a bajo precio, y en muchas ocasiones se puede encontrar algo realmente interesante, sobre todo si madrugamos.
Otra curiosidad es la de la celebración del día de la Reina que se lleva desde los canales, a bordo de embarcaciones privadas en las que también se disfruta de la fiesta a tope, en ocasiones con equipos de música en los mismos, que transmite música electrónica a volumen muy alto.
Es todo un espectáculo ver tantas embarcaciones, algunas realmente llamativas y muchas con color naranja en ellas y en sus muchos tripulantes.
Sólo cabe decir que es un día para pasarlo en grande, dentro del caos musical y la masiva algarabía que se vive en Ámsterdam, junto a unos dos millones de personas que mantienen atestados todos los rincones de la ciudad.