Una vez aterrizamos en Berlín, la manera más eficaz y barata de moverse por esta ciudad es usar su buen transporte público.
El sistema berlinés de transportes es muy bueno en general, y disponemos de diferentes alternativas a la hora de desplazarnos como son el metro, el tranvía o el autobús.
Lo más recomendable es adquirir un abono de transporte que puede servir para uno o varios días según sea nuestra estancia de larga, y que a poco que nos movamos por la ciudad lo amortizaremos a buen seguro.
Hay varias zonas en su red de transporte, pero por lo general nos servirá el abono que vale para las zonas A y B.
Lo mejor de estos bonos-transporte es que nos sirven tanto para el metro como para el autobús y el tranvía, lo que es de agradecer.
En cuanto a sus medios de transporte, el metro berlinés o U-Bahn funciona de forma rápida y puntual, y además es importante señalar que los fines de semana y los días festivos funciona el mismo de manera interrumpida, excepto las líneas U1, U4 y U12.
Por otro lado están sus efectivos tranvías que recorren principalmente la zona este de Berlín, su frecuencia de paso es buena, y movernos con ellos nos ofrece una interesante perspectiva de las calles que cruzan. Además hay que decir que los tickets podemos comprarlos en su interior.
También están sus autobuses que son otra óptima forma de movernos por la ciudad, sobre todo cuando viajamos sin mucha prisa, porque su punto negativo es que no son muy rápidos y su frecuencia de paso deja a veces mucho que desear.
Las paradas del bus las encontraremos señalizadas con una H, y tenemos que mostrar el bono cuando subimos al autobús.
Por último existe la oportunidad de usar el transporte de la bicicleta, muy usada con buen tiempo (por 12 €/día aprox.), por muchísimos ciudadanos, medio muy recomendable, en especial si viajamos en primavera o verano y queremos realizar turismo y deporte al mismo tiempo.