Aunque se desconoce su fundación, la historia de San Sebastián se remonta hasta el siglo XI, aunque no fue hasta el XII cuando está obtuvo el título de ciudad.
Historia de San Sebastián
Primitivamente este lugar se conoció por el término romano de Izurum, se estiman los primeros datos al respecto de Donostia sobre el año 1014 cuando el monasterio de San Sebastián se erigió en centro de la vida social, administrativa y espiritual de la zona.
Para el siglo XII se le concedió el título de ciudad por confirmación del Rey de Aragón y Navarra Pedro I, pasando a ser puerto comercial del reino de Navarra por intereses de este.
Gracias a ello la ciudad vive un periodo de crecimiento, durante el cual su núcleo urbano se encuentra en la actual parte vieja, a los pies del Monte Urgull.
Ya formando parte del reino de Castilla, la ciudad sigue creciendo y progresando económica y demográficamente, al ser este un reino fuerte y rico frente al decadente reino de Navarra.
Para la Edad Media Donostia ya era una ciudad joven pero con importancia, sirviendo sus fuerzas navales a los Reyes Católicos en su avance contra los moriscos en Sevilla. Además obtuvo diversos privilegios por parte de Alfonso VIII.
Hasta el siglo XV sufre además de sucesos positivos económicos, varios acontecimientos negros en su historia, como la de varios incendios de gran magnitud y la pérdida de cierta importancia comercial frente a Bilbao.
Después de esta gran catástrofe que dejo la ciudad en ruinas, la misma se reconstruyó en piedra y paso a ser plaza militar como base naval de la escuadra cantábrica, que lucho durante siglos contra los franceses.
Tanta guerra y gasto militar supuso un fuerte deterioro de su economía, aunque pronto comienza a recuperar su espíritu comercial y así su buena economía, gracias a la paz de los Pirineos.
Esta paz es efímera y la sigue el problema que se plantea de amurallar mejor la ciudad o defenderse en el Castillo de la Mota. En 1719 San Sebastián es tomada por el ejército francés, así como años después por Napoleón.
También fue sitiada por los ingleses años más tarde, hasta que fue liberada por los aliados y volvió a sufrir otro importante incendio. Ya en el siglo XIX sufrió la Primera Guerra Carlista y se lleva a cabo la reconstrucción de la ciudad, pasa a ser capital de Guipúzcoa y a tener de nuevo importancia su puerto comercial.
En el año 1863 se derribaron las murallas para poder seguir creciendo la ciudad, y se da paso a la etapa de mayor esplendor de San Sebastián, con el papel relevante de la reina María Cristina, que decide tener a Donostia como lugar de veraneo, y se la nombra alcaldesa honoraria.
En la historia de San Sebastián tienen hueco todos sus importantes monumentos, su ensanche, y el que pasara a ser una ciudad destino de miles veraneantes, muchos de ellos nobles, políticos, toreros o artistas, entre otros.