Es de interés hablar de la gastronomía vaticana, de gran riqueza, exquisitez y una larga historia.
Gastronomía del Estado Vaticano
Desde los primeros papas hasta la actualidad, la cocina papal ha ido evolucionando y enriqueciéndose con los diferentes gustos de los pontífices. Desde lo que se comió en la última cena hasta los platos favoritos del último papa, se dan en su carta variadas y ricas recetas para agradar cualquier paladar.
Las diferentes épocas, los distintos hábitos alimenticios y las influencias de sus variados viajes, marcan de manera inequívoca los secretos de la cocina del Vaticano. Como es lógico, mucho difiere la actual cocina de la de los primeras épocas papales.
Entre las diferentes recetas y platos que se atribuyen a la gastronomía del Vaticano están, desde el mazapán de agua de rosas de la edad media, la recia dieta del “régimen sanitatis” de la era clásica, hasta las ensaladas de flores, las pastas rellenas de angulas, arroces y pastas con mariscos, diferentes embutidos y entremeses, además de la presencia importante de la fruta en su cocina, y de los pasteles salados o dulces y los famosos helados italianos.
Hay muchos otros deliciosos platos en su recetario, como los huevos benedictinos sobre lecho de bacalao que tomaba Benedicto III o la langosta trufada. Ha habido papas que han seguido dietas muy sencillas, y otros si se han decantado por comidas más preparadas y selectas.
Por último cabe destacar que la expresión “boccato di cardinali”, que significa bocado de cardenal, proviene de que si algo lo comía un cardenal, debía ser algo delicioso, y es que se cuenta que los cardenales del Vaticano son los que mejor comen entre la curia papal.