Las murallas del Albaicín forman parte importante en la historia de Granada, ya que constituyeron el recinto amurallado que protegía la ciudad.
Murallas del Albaicín
Se componen por elevados y anchos muros de mampostería que se reforzaban con abundante piedra y ladrillo. Además todavía se conservan restos de puertas de acceso a Granada y torres de defensa que complementaban la fortificación.
Algunos de los muros datan de la época de los reinos de Taifas que en Granada conformaron los ziríes. Pero la mayoría son de épocas posteriores, ya en pleno siglo XIV cuando reinaba ya la dinastía nazarí.
En el siglo XIV se erigió una muralla como defensa de los barrios granadinos del cerro de San Cristóbal, así como del Albaicín y la Albayda que nacía en la Puerta de Guadix y acababa en la Puerta de Elvira.
Esta última Puerta se construyo en el siglo XI y solo conserva el gran arco exterior, sobre el cual se hallan las almenas y cabe recordar que de ella se extrajo piedra, para levantar el Monasterio de San Jerónimo.