Se construyó en el siglo XVII, dedicada al santo que lleva el nombre de la iglesia, San Ignacio de Loyola.
Iglesia de San Ignacio de Loyola
La iglesia de San Ignacio de Loyola fue levantada en honor del fundador de la compañía de Jesús, tanto el arquitecto de la iglesia, Horazio Grassi, como el principal pintor que trabajo en ella, Andrea Pozzo, eran jesuitas.
Su fachada es de estilo barroco y esta compuesta por dos pisos, por otro lado esta la bóveda, que constituyo un serio problema en la construcción de la iglesia de San Ignacio de Loyola, debido a su gran tamaño.
Su interior se estructura de la misma manera que la iglesia del Gesú, con una amplia sala y varias capillas en sus laterales, además de un crucero formando una cruz latina.
La gran bóveda central fue pintada por Pozzo y representa la expansión de la palabra de Dios por el mundo, de la mano del santo que da nombre al templo.
Además, hay otros llamativos frescos que escenifican a varios santos, así como a las regiones por donde se extendía el catolicismo gracias a la acción de la compañía de Jesús.