Corona la grandiosa Basílica de San Pedro, la cúpula es de inmensa belleza tanto interior como exterior.
Cúpula de San Pedro
El proyecto de su construcción fue diseñado por Miguel Ángel, aunque no pudo finalizar su obra al morir cuando se había alcanzado el tambor de la cúpula. Fueron los arquitectos Giacomo Della Porta y Domenico Fontana, quienes terminaron levantando la misma.
Se halla encima del altar mayor y la tumba de San Pedro, y tiene un tamaño colosal, con más de cuarenta metros de diámetro y más de 130 metros de altura. Su estilo es plenamente renacentista, cuenta con unos ventanales que dejan pasar la luz.
Sobre la base de la cúpula se puede leer la siguiente inscripción, “Tú eres Pedro, y sobre esta piedra construiré mi iglesia y te daré las llaves del reino de los cielos”, frase de la Biblia que pronunció Jesucristo.
Sus armoniosas proporciones, tanto interiores como exteriores se consiguieron gracias a conseguir encajar la cúpula, sobre dos cúpulas menores, que las separa una escalera. Su decoración interior consiste en distintos mosaicos del artista Giuseppe Cesari.
A partir de su construcción, sirvió de modelo a otras cúpulas como las de la Catedral de Saint Paul de Londres o la de Los Inválidos de París.
Es imprescindible subir a la cúpula de la Basílica de San Pedro, para poder ver su inmensidad de cerca y sobre todo, las magníficas vistas de sus alrededores, como la vía de la Conciliación, la plaza de San Pedro, o el Castillo de San Ángelo, además de otras zonas de Roma.
Suele haber bastante turista en su recorrido, y su subida es algo compleja, pero con ganas, paciencia y cuidado es posible contemplar unas panorámicas inolvidables.