La historia del estado de la Ciudad del Vaticano esta unida a la de Roma, a lo largo del tiempo.
La historia del Vaticano
En la antigüedad la zona que ocupa el Vaticano, al oeste del río Tiber, se la conocía como “Ager Vaticanus” que significa campos del Vaticano, y correspondía a una zona pantanosa que llegaba desde el puente Sixto hasta el puente Milvio.
Desde el s.II d.C, en pleno periodo imperial, se la denominaba como Vaticanum, correspondiendo esa área al actual emplazamiento del estado papal, y en aquella época se hallaba fuera de la ciudad de Roma. Dicha zona fue rehabilitada para servir de lugar donde construir grandes necrópolis, además de casas señoriales y mansiones como los jardines de Agripa.
Además, Calígula mando levantar un circo romano en estos jardines, que reformo Nerón y es el lugar donde cuenta la historia que sufrió el martirio San Pedro, cuando se llevo a cabo la gran persecución de los cristianos. En una de las necrópolis que se construyeron, justo en la vía triunfal que surge de la plaza de San Pedro dirección norte, fue donde se cuenta que se enterró al apóstol Pedro.
Es por ello, que este punto geográfico se convirtió en lugar de peregrinación cristiana desde hace más de dos mil años. Esta necrópolis quedó sepultada cuando se levantó la basílica que mando construir el emperador Constantino en el 324 d.C, dedicándola a San Pedro. La basílica de Constantino se erigió en centro de atracción para Roma.
Se liberalizó el culto a la religión cristiana unos años antes, en el 313 d.C. tras el edicto de Milán. Poco a poco la zona sufrió un desarrollo sucesivo, a finales del siglo noveno d.C se levantaron las murallas leoninas que determinaron el Vaticano, como núcleo espiritual de la Roma medieval y renacentista. Aún así todavía en esa época los papas vivían en el Palacio de Letrán.
En le era medieval se construyeron algunos edificios cerca de la basílica de San Pedro. En el s. XIII se levantó el primer palacio, y en el s. XIV d.C la sede papal se llevó a Aviñon, dejando en el olvido la basílica y a Roma durante un siglo. A partir de mediados del siglo XV, se pensó en la posible reconstrucción integral de San Pedro. Fue el papa Nicolás V, quien mando proyectar una ampliación de la basílica, que tuvo que ser parada cuando cayó Constantinopla y se dio el avance turco.
En la segunda mitad del siglo XV, el papa Sixto IV empezó a levantar la Capilla Sixtina, poco después ya en el s. XVI se transformó la ciudadela y para ello, se demolió la vieja basílica de Constantino, dando comienzo la construcción de la actual basílica de San Pedro. También se creó el Patio de Belvedere, aparte se decoraron con bellos frescos los apartamentos papales y la Capilla Sixtina, por parte de Rafael y Miguel Ángel respectivamente.
Además, se culminó la gran cúpula de San Pedro de la mano de Giacomo Della Porta. Para el s. XVII se amplio la basílica con dos naves laterales, y Bernini finalizó esta ampliación y dio la forma actual a la plaza de San Pedro, con sus dos hemiciclos de columnas porticadas.
La historia de la Ciudad del Estado del Vaticano ha sufrido de múltiples y distintos ataques, como la invasión napoleónica, el asalto de las tropas del emperador Carlos V durante el saqueo de Roma, o la conquista de los estados pontificios por el rey de Italia Víctor Manuel II.
La paz llegaría al Vaticano gracias al Tratado de Letrán de 1929, en el cual se reconocía la independencia y soberanía del Estado de la Ciudad del Vaticano.