Entre los diferentes palacios y edificios del Vaticano, se encuentran importantes y bellos patios.
Patios de los Museos Vaticanos
Hay una veintena de ellos, y entre los más famosos encontramos el patio de la Piña, el de San Dámaso, el de los Borgia, y otros como el del Papagayo o el del Centinela.
El de la Piña fue diseñado por Donato Bramante a principios del siglo XVI, por encargo del papa Julio II, con la finalidad de comunicar la Capilla Sixtina con el Palacio de Inocencio VIII. Su nombre se debe a una gran piña de bronce que se halla en una parte del patio, y que anteriormente se encontraba cerca del Panteón de Roma.
En los distintos patios se pueden apreciar una sensación de espacio y luminosidad, que realzan la belleza de éstos junto a las estatuas y fuentes que sirven de decoración.
Los diferentes patios de los Museos Vaticanos son de gran belleza, y en épocas de buen tiempo sirven de un lugar privilegiado para descansar un momento, o comerse un bocadillo y beber algo, ya que es muy recomendable llevar consigo un bocadillo y una botella de agua, para recorrer todas las estancias de los museos y del Vaticano.